extendido sobre el mapa de mi día:
al sur, se puso rojo mi sudoku;
amarillo, el este de tender la ropa;
el rato en el sofá se ha azulado al oeste
y, al norte, tu luz oscureció un poco más mi noche.
Sos dulce charco que crece sin fronteras
cubriendo mis afueras y mis dentros,
manchándolos de risa, de ternura.
manchándolos de risa, de ternura.
Transformaste en vitral cada rincón del tiempo:
gracias a vos, no me conforma ya mirar la vida
a través de la vida.
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